Anarquía Estudiantil

Creo que he perdido muchas oportunidades en mi vida por ser una niña "responsable". Pero nunca me había pegado tan duro el remordimiento como ayer.

Último día de clases para los de sexto semestre = Desmadre.

Y eso es algo que yo ya sabía, incluso pensé que iba a ser parte de la revolución violenta que se daría más tarde, pero como siempre me ganó lo "niña buena".

Nunca había visto una aglomeración de personas tan eufórica (bueno, tal vez en el concierto de Mago de Oz, pero creo que esta vez estaban más eufóricos aún). Al principio sólo se escuchaba a lo lejos decir "¡Químicos! ¡Químicos!" y yo ya pensaba "ash estos locos ya se van a poner a cantar", pero de la nada salió el más famoso de los humanidades con un pandero (o como sea que se llame esa cosa) y se para en la escalera de la prepa. Ahí fue cuando supe que la rebelión comenzaría... seguí observando.

Decenas de hojas de papel salieron volando desde el tercer piso, mientras la multitud gritaba y silbaba con emoción, parecía una reunión salvaje de preparatorianos... mejor dicho... ¡ERA una reunión salvaje de preparatorianos!

Cuando terminaron de lanzar los papeles desde el piso más alto, vi cómo la psicóloga subía rápidamente por las escaleras con una cara de rabia desenfrenada. La seguía el regordete consejero con una cara de frustración y con los ojos a punto del llanto. Parecía sacado de la caricatura "recreo" con la maestra Finster persiguiendo a los mocosos.

Subí al segundo piso donde sabía que tendría mejor visión y más campo para fotografía. Vi el primer globo de agua salir volando y estallar sobre algunos jóvenes, el desenfreno apenas había comenzado. Espuma, globos, papel y energía fluían por los jardines de la escuela mientras todos corrían despavoridos ensuciándose entre sí. El fotógrafo de la escuela estaba deleitado con la escena tan salvaje que estaba presenciando. Tomaba fotos a todos y de todo con una sonrisa que iba de oreja a oreja.

Finalmente llegó el momento que desató la ira de la psicóloga... alguien le embarró espuma en el cabello. Su cara se tornó roja y alcancé a escuchar gritos contra mis compañeros. Uno de ellos que estaba en muletas le gritó algo más y se desató una discusión que probablemente lanzó la tolerancia de la maestra al retrete. De repente empezó a correr a todos los alumnos diciéndoles que se largaran a sus respectivas casas y se terminó la deliciosa escena de anarquía estudiantil.

Lo que me entristece es haber sido sólo una espectadora, me hubiera encantado ser parte del movimiento salvaje, pero temía que me fuera mal. En fin, no hay mucho por hacer. Al menos disfruté profundamente el presenciar todo aquello, con eso me basta para no molestarme por el hecho de que probablemente nos quedemos sin acto académico.


Peace and love... Extrañaré la preparatoria... mucho :(