Hoy soy feliz

Esta noche soy otra.

No soy la que viste hace un tiempo.

Ya no me voy lamentando por ahí con las manos llenas de ausencia ni la cabeza infestada de palabras necias.

Puede que las personas piensen que soy otra por causa y efecto de la estupefacción romántica, pero es todo lo contrario.

Hoy me desperté con los ojos llenos de hoy y con un bello canto que retumbaba en mi mente cual mariposa atrapada. Un canto dedicado a quien siempre me ha acompañado desde el momento en que hice acto de presencia en esta tierra. Llámalo como quieras.

No cambié en tres días, ni en tres meses, ni por la estupefacción romántica... lo hice porque mi cuerpo y alma ya habían sufrido las consecuencias de mi ignorancia... y me pesó... me pesó mucho. Algunas cosas ya no se pueden cambiar.

Creo firmemente en la belleza que vive en mí. Creo que independientemente de la crítica influenciada por los medios y la idiotez, una como yo se puede sentir como debe... Hermosa de pies a cabeza.

Tuvieron que pasar muchos años para lograr borrar todo el daño colateral de palabras ignorantes pero ¡Hey! lo he logrado. Quisiera atribuirle parte del crédito a quien cada mañana y cada tarde me recuerda que a través de su ventana al mundo me ve con un resplandor sin comparación... pero no me dejará y me parece justo seguir sus deseos.

La gente puede decirte muchas cosas y no por eso debes escuchar siempre. En este mundo donde todos quieren hablar a veces conviene aprender a callar.

Hoy me desperté con los ojos llenos de hoy y con escalofríos de una pequeña ausencia que siempre es saciada... Siempre. A pesar del tiempo, a pesar del espacio.

Me he visto a través de tus ojos y de sus ojos. Me he visto a través de mi cuerpo terrenal. Me he visto más allá.

He conocido el gozo y la plenitud... he conocido la paz y casi me atrevo a declarar con descaro que he conocido esa cosa ambigua de la que todos hablan pero que nadie sabe de qué demonios se trata en realidad.

Hoy me vi... soy diferente. Hoy sonreí como nunca.

Hoy soy feliz.